Existe una preocupante tendencia emergente que pone la vida de las mujeres bajo un gran riesgo. El número de casos de cáncer de la glándula tiroides se ha más que duplicado desde 1970 y tiene a mucha gente preguntándose por qué. Este cáncer es uno de aquellos que puede crecer sin ser notado, incluso por décadas. Por esta razón, detectarlo tempranamente es crítico.
Es un misterio cómo esta glándula tan importante y con tanta responsabilidad en nuestro organismo pueda fallar en anunciar que se está desarrollando un potencialmente mortal cáncer. La glándula tiroidea es el conductor motor del organismo; produce la hormona tiroidea que es usada como combustible para el metabolismo y controla las actividades de otras hormonas críticas producidas en otras partes. Cuando la cantidad de hormona tiroidea está desequilibrada, puede causar estragos en el cuerpo.
Este órgano está situado por debajo de la piel junto al cartílago tiroides y sobre la tráquea, explayada como una mariposa, justo debajo de la manzana de Adán. Alrededor de un 5% de las mujeres y 1% de los hombres tienen pequeños bultos de tejido adentro y por sobre la glándula llamado nódulos tiroideos. Para la mayoría de los casos, estos nódulos nunca causan ningún problema, son solo irregularidades benignas.
Pero algunos nódulos, sin embargo, pueden ser cancerígenos, aunque en general no impliquen un riesgo para la vida. Algunos estudios han demostrado que los nódulos cancerígenos son hallazgos comunes en las autopsias que se realizan a personas que han muerto por otras causas.
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