En Holanda un reciente estudio acaba de dar por descartado una tesis hecha en el año 2009, la cual afirma que el consumo de ácido fólico durante el embarazo aumentaba las probabilidades de que el recién nacido presente problemas de asma o sibilancias.
En el trabajo de investigación se estudiaron a 2600 mujeres en estado de gestación durante este y después de la concepción por un periodo de 7 años. Apenas el 7% de los niños que aquellas madres que consumieron o no ácido fólico presentaron índices de enfermedades respiratorias.
Por lo tanto, no existe una relación estadística entre la ingesta de este tipo de vitamina B y el porcentaje de bebes con estos problemas. Es por ese motivo, que se recomienda su consumo durante el embarazo y tres meses después de dar a luz, para reducir los riesgos de que el infante desarrolle algún mal congénito.
No obstante, otros expertos aducen que este resultado no descarta definitivamente las consecuencias negativas de esta sustancia y que debe pensarse más en la prevención de enfermedades a largo plazo como el cáncer.
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