viernes, 16 de diciembre de 2011

Cómo prevenir el pie diabético

Cómo prevenir el pie diabético

La diabetes es una enfermedad que puede ocasionar problemas en distintas zonas del cuerpo. Uno de los problemas más graves puede ser el pie diabético. En un caso de hiperglucemia puede aparecer el problema de pie diabético por dos motivos diferentes: problemas de circulación en los miembros inferiores y daño directo en los nervios de los pies. En el primer caso se presenta una pérdida de afluencia de sangre, lo que puede bloquear la curación de heridas o llagas en piernas y pies. Cuando se produce un daño en los nervios de la parte baja de las piernas, por lo demás, no se pueden sentir sensaciones en pies y piernas, lo que puede ocasionar grandes inconvenientes a largo plazo.

Las personas con hiperglucemia deben tomar algunas precauciones especiales para evitar las consecuencias negativas que puede ocasionar el pie diabético. Además de incorporar hábitos de alimentación sana (bajos niveles de azúcares refinadas y de grasas) es importante que la persona que sufre de pie diabético lave sus pies todos los días con un poco de agua tibia y que los revise para comprobar la aparición de marcas, lesiones, enrojecimientos o callos.

 

Los pacientes que tengan problemas de la piel (como, por ejemplo, piel de los pies excesivamente seca o agrietada) deberían usar cremas humectantes. La persona que tiene pie diabético debe utilizar calzado holgado y siempre debe usar medias.
Algunos de los problemas que atacan al pie diabético son las ampollas, los callos, los juanetes, la uña encarnada, el pie de atleta y el dedo de martillo. Para reducir los inconvenientes de estos problemas en los pies es importante contar con tratamientos específicos para cada uno de ellos y combinarlos con el tratamiento general para reducir los niveles de glucemia en sangre.

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Los riesgos de los hongos venenosos

Los riesgos de los hongos venenosos

A pesar de que la mayoría de los hongos que existen sobre la tierra son perfectamente comestibles, algunas especies pueden tener efectos venenosos. Para evitar un caso de intoxicación por hongos venenosos es importante conocer las características de los hongos seguros y conocer a fondo cuáles son los que pueden generar malestar al consumirlos.

 

Los hongos venenosos pueden provocar problemas estomacales, somnolencia, taquicardia y, en algunos casos, hasta pueden causar la muerte si no se implementa un tratamiento eficaz a tiempo. Algunos de los compuestos de mayor toxicidad en el caso de los hongos venenosos son las anatoxinas, el muscimol, las cortinarinas y el ácido iboténico. Como la variedad de hongos existentes y sus diferencias pueden ser muy sutiles es importante que la recolección solo la efectúe un experto.

Entre las especies de hongos venenosos que vale la pena destacar se cuentan las siguientes: Amanita muscaria, Gyromitra infula, Inocybe calamistrata, Chlorophyllum molybdites  y Leucocoprinus birnbaunii. Debido a que los hongos venenosos no tienen un solo rasgo particular que llame la atención a la hora de diferenciarlos de los hongos comestibles es necesario estudiar cada tipo de hongo venenoso de forma individual.

 

Cuando se detectan los primeros síntomas de una intoxicación por ingerir hongos venenosos hay que hacer una consulta médica de urgencia en el acto. En algunos casos las consecuencias no son tan graves si se puede tratar la intoxicación a tiempo. Si estamos interesados en efectuar la recolección de hongos silvestres lo mejor es hacerlo acompañados por una persona experta en el tema. Después de recolectar cualquier especie de hongo comestible se recomienda exponer la pieza a un proceso de cocción para eliminar cualquier riesgo de intoxicación por bacterias o microorganismos aún presentes en el hongo (esto vale también para los hongos comestibles tradicionales).

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Cómo saber si eres hipocondríaco

Cómo saber si eres hipocondríaco

La hipocondría es una condición por la que una persona con algunos síntomas físicos cree tener una enfermedad grave, incluso cuando la evidencia objetiva (por ejemplo, la de un examen médico) indique exactamente lo contrario. Entre los hipocondríacos es bastante común la "invención" de enfermedades de forma permanente. Todas estas personas muestran una preocupación exageradamente alta por su salud física y viven con un miedo paralizante de enfermar de gravedad.

Es importante dejar en claro que, en las personas con hipocondría, los síntomas físicos son un hecho real (no son inventados). Para saber si eres una persona con hipocondría debes fijarte en la forma en que enfrentas tus miedos y preocupaciones (especialmente las que están asociadas a la salud). Si no puedes controlar tus pensamientos o las ideaciones que relacionan un síntoma con una enfermedad grave (de forma automática) puede que debas consultar por este problema. Las personas que sufren de trastornos psicológicos como la hipocondría, a menudo, buscan el consuelo que le pueden proveer sus allegados (como amigos y familiares). Otra práctica bastante común entre las personas que tienen hipocondría es la realización de exámenes más o menos regulares sobre su cuerpo.

 

Cuando una persona con hipocondría es llevada a consulta (generalmente psicoterapia) se puede pedir una interconsulta con un médico para efectuar un examen físico en profundidad que permita descartar una enfermedad real. Algunos de los síntomas de las personas con hipocondría, por lo demás, se pueden confundir con los de la paranoia y vienen acompañados de angustia. Asimismo, es importante acompañar el diagnóstico con una serie de entrevistas psiquiátricas. Una de las formas de tratamiento que se recomiendan para combatir la hipocondría es la terapia cognitivo-conductual (TCC). Este problema psicológico debe tener un seguimiento continuo, dado que no son nada infrecuentes las recaídas después de haber iniciado un tratamiento psicológico.

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Tratamientos con musicoterapia

Tratamientos con musicoterapia

La musicoterapia es una terapia surgida en el siglo XX que ofrece alivio en una amplia variedad de trastornos de origen psicológico. La efectividad de los tratamientos con musicoterapia abarca problemas como el autismo, la depresión y los trastornos de ansiedad. Esta terapia también resulta efectiva en casos de personas con cáncer o síndrome de Down. La musicoterapia afianza los vínculos sociales de una persona valiéndose de la práctica musical. Además de tocar un instrumento se puede cantar o incorporar patrones musicales rítmicos a través de la percusión. Esta terapia, por lo demás, no solo ofrece un espacio de sanación psicológica sino que también ayuda a abrir el espectro emocional de una persona al conectarla con la esfera musical.

A diferencia de otros sistemas terapéuticos la musicoterapia ofrece un espacio de contención y brinda apoyo psicológico para todo tipo de pacientes. En algunos casos la musicoterapia puede ser utilizada para mejorar ciertas funciones intelectuales. Es por ello que algunas mujeres embarazadas deciden recurrir a esta terapia a partir del cuarto mes de gestación. Hay que tener en cuenta, de todas formas, que en estos casos es importante recibir un consejo preliminar del musicoterapeuta (dado que puede estar contraindicado, en ciertas situaciones).

 

Las personas que deciden recurrir a una serie de sesiones de musicoterapia no necesitan conocimientos musicales previos. El desarrollo de un tratamiento de musicoterapia, por lo demás, estará basado exclusivamente en los gustos y preferencias particulares de cada paciente. En estas sesiones se pueden interpretar canciones conocidas o se pueden preparar improvisaciones espontáneas con los elementos que estén presentes en las clases. Las opciones de tratamiento son bastante amplias: tenemos la posibilidad de elegir entre sesiones individuales o sesiones de grupo. Las características del trastorno psicológicos que lleva a la consulta de musicoterapia determinarán, en la mayoría de los casos, cuál de las dos modalidades es la más adecuada para cada paciente.

 

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Qué es la medicina ortomolecular

Qué es la medicina ortomolecular

La medicina ortomolecular surge a mediados del siglo XX de la mano de Linus Pauling (premio nobel de Química y de la Paz). Este científico acuñó el término "molecular" para referirse a una nueva terapéutica que buscaba restaurar los equilibrios moleculares del organismo sin la necesidad de incorporar medicamentos. Los tratamientos de la medicina ortomolecular creados por Linus Pauling incluían la incorporación de dosis realmente elevadas de vitaminas. Según Pauling con estas cantidades de vitaminas se previenen y curan una amplia variedad de enfermedades.

Las megadosis de vitaminas que se proponen en los tratamientos de medicina ortomolecular (que aparecen presentados en forma de una nutrición ortomolecular) serían especialmente efectivas para prevenir y revertir enfermedades como la esquizofrenia, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, entre otras. Las dosis de vitaminas de la medicina ortomolecular para prevenir enfermedades son más elevadas que las que se obtienen de porciones normales de alimentos de origen vegetal. Por ello, muchas veces, se debe recurrir a la toma de suplementos para tratamientos específicos.

 

Las cantidades de vitaminas y nutrientes que se necesitan para revertir o tratar una enfermedad particular son determinadas de manera individual para cada paciente. Vale destacar que, al contrario de lo que se supone, las dosis elevadas de distintas vitaminas no tienen ningún nivel de toxicidad para el organismo (de hecho, solo ofrecen beneficios). Se estima que los nuevos descubrimientos en medicina ortomolecular revolucionarán por completo la escena de la medicina en los próximos cincuenta años, llevando a la incorporación de nuevos cambios sobre la forma de comer de la población a nivel mundial. De hecho, actualmente existe evidencia que apoya la efectividad de la medicina ortomolecular en una amplia variedad de enfermedades hasta ahora incurables o de muy difícil tratamiento (muchas de ellas crónicas).

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La cirugía de reemplazo de cadera

La cirugía de reemplazo de cadera

Una de las soluciones más drásticas que se pueden intentar en casos de problemas articulares graves sobre la cadera es la cirugía de reemplazo de cadera. Esta intervención quirúrgica se les recomienda especialmente a las personas que sufren de osteoartritis, osteonecrosis o artritis reumatoide. Antes, durante o después de efectuarse una cirugía de reemplazo de cadera se suelen incorporar otras formas de tratamiento. Algunas de las más comunes incluyen la incorporación de muletas o apoyos para caminar (como bastones), la administración de fisioterapia y ejercicios, y la toma de medicamentos analgésicos.

Si bien la cirugía de reemplazo de cadera está indicada para una gran variedad de situaciones, en ciertos casos en particular puede resultar peligrosa. Los pacientes con mal de Parkinson o con altos riesgos de contraer o desarrollar una infección podrían verse perjudicados después de someterse a una intervención quirúrgica de este tipo.

 

El post-operatorio de una cirugía de reemplazo de cadera no dura más de cinco días. La recuperación total de esta intervención quirúrgica, sin embargo, puede demorar hasta 5 ó 6 meses. Después de efectuarse un reemplazo de cadera es importante estar atentos a la manifestación de distintos síntomas que podrían indicar alguna anomalía en la recepción de la intervención. Algunos de los problemas más frecuentes después de realizarse una cirugía de reemplazo de cadera son la formación de coágulos, las infecciones y el crecimiento de hueso más allá de sus límites esperables. Los pacientes que se someten a una cirugía de reemplazo de cadera, por lo general, recibirán la recomendación de no practicar ciertos deportes o actividades con un nivel de exigencia osteomuscular demasiado alto (por ejemplo, deportes como el tenis o el baloncesto). En su lugar se pueden recomendar actividades más livianas que promuevan la flexibilidad y el estiramiento de los músculos (como el yoga).

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Artritis y actividad física

Artritis y actividad física

A pesar de que el sentido común nos aconsejaría discontinuar la práctica de actividad física en casos de artritis, lo cierto es que lo contrario resulta verdadero: hacer ejercicio ayuda a reducir el dolor articular en esta afección. La artritis, que afecta en su mayor parte a personas que ingresan a la tercera edad, se caracteriza por un fuerte dolor articular que puede ocasionar serios impedimentos a la hora de realizar distintas tareas.

 

En un reciente estudio dirigido por la Feinberg School of Medicine, de Chicago, quedó demostrado que la práctica de actividad física en niveles de exigencia medianos es beneficios para aliviar el dolor de la artritis. Uno de los hallazgos más sorprendentes fue que la práctica de deporte suave y la actividad física también podrían ayudar a prevenir la inmovilidad cada vez mayor que afecta a un paciente con artritis. Por esta razón el sedentarismo es algo que, en vez de estar aconsejado, está contraindicado.

La cantidad de ejercicio que se le recomienda a las personas que sufren de artritis es de un mínimo de dos horas y media a la semana (lo mejor es distribuirlo en unos 20 minutos al día). Para una persona con artritis algunos ejercicios de actividad física están más indicados que otros. Por ejemplo, se recomiendan especialmente las actividades con muy bajo impacto a nivel articular. Dos de los ejemplos que se citan más a menudo son los de la natación o el andar en bicicleta. Es importante, en este tipo de cuadros con dolor articular, prevenir las sobrecargas físicas en puntos del cuerpo que pueden ser más o menos frágiles por la misma enfermedad (por ello hay que tener especial cuidado con las articulaciones de los codos y las rodillas, dado que no pueden resistir las mismas presiones que otras articulaciones de mayor tamaño en el cuerpo).

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