Los aneurismas son dilataciones localizadas en un vaso sanguíneo pudiendo ser arteria o vena, ocasionada por una degeneración o debilitamiento de la pared vascular. Los aneurismas más frecuentes son los arteriales y su localización más habitual radica en la base del cerebro en el polígono de Willis y la Aorta que es la principal arteria que sale del corazón y recibe el nombre de aneurisma de Aorta.
Un vaso sanguíneo está formado por tres capas de adentro hacia afuera son, la túnica intima, compuesta por células endoteliales, la túnica media, formada por células musculares y fibras elásticas; y la capa más exterior llamada túnica adventicia que se encuentra formada por tejido conectivo.
Los aneurismas pueden ocurrir en cualquier lugar donde se localice una arteria pero dentro de los más comunes tenemos: aneurismas renales, en arterias del tórax y aneurismas cerebrales.
En cuanto a sintomatología no suelen producir signos a menos que se rompan y ocasionen un sangrado. A menudo, los aneurismas se descubren en una tomografía computarizada o en una resonancia magnética realizada por otra razón. Si el aneurisma comprime estructuras circundantes en el cerebro, se pueden presentar síntomas. Una de sus complicaciones es la disección arterial. Los síntomas dependen de qué estructura comprima el aneurisma, pero pueden abarcar: dolores de cabeza intenso, pérdida de la visión, vómitos y dolor en cuello.
Los síntomas de ruptura del aneurisma pueden ser: párpado caído, náuseas o vómitos confusión, letargo, somnolencia o estupor, irritabilidad, impulsividad, dificultad para hablar, convulsiones, disminución de la sensibilidad en cualquier parte del cuerpo, entre otras.
El diagnostico se realiza con angiografías, resonancias magnéticas y tomografías computadas.
El tratamiento actual consiste en microcirugía y terapia endovascular cada una usa su técnica usando clip de titanio o espirales de platino para prevenir el resangrado del aneurisma.
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