La posición de un hijo único cambia radicalmente con la llegada de un segundo bebé a la familia.
Se trata de un proceso muy doloroso que implica compartir el cariño de los padres. Dependiendo del carácter y la personalidad del hermano mayor, la asimilación del niño puede ser un verdadero dolor de cabeza. Aquí algunos consejos:
Llega un nuevo bebé y mientras que toda la familia celebra la noticia, uno de los integrantes se encuentra en una posición conflictiva, ya no será más el centro de atención de los papás por buen tiempo, ahora deberá de cumplir el rol del hermano mayor y velar por la indefensa criatura que está por venir.
Para que un niño no sufra con los cambios que se producen por la llegada del hermano menor, todo depende de la actitud de los padres frente a la situación. Incentive siempre los logros de su hijo y converse diariamente con él para que no se sienta aislado.
La tarea de los padres es mostrar al hijo mayor sus nuevas responsabilidades y hablarle sobre el amor que ahora sentirán por ambos, sin excepción, recuerda que cada hijo debe tener su lugar.
Una de las ideas que más animará al hermano mayor es saber que ahora es más grande y maduro, por lo que su rol será de vital importancia. Los padres deben incluir al primogénito en una serie de tareas que permitan acercarlo más al bebé, sin dejar de dedicar algo de tiempo exclusivo para cada uno.
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