Cuando un bebé comienza a dar sus primeros pasos, descubre que hay un nuevo mundo que puede verse desde otra perspectiva. Sin embargo, el proceso requiere de paciencia y apoyo por parte de los padres con el objetivo de que el niño sea capaz de controlar todos los movimientos de su cuerpo.
El equilibrio en un bebé empieza a cobrar sus primeros avances a aproximadamente a partir del tercer mes, cuando la criatura toma mayor control de su cabeza. Para los seis meses, ya es capaz de sostener perfectamente su cabeza y mantener un mejor contacto visual con todo lo que hay a su alrededor.
Mientras que a los nueve meses la articulación del bebé se desarrolla con el gateo, para los once o doce meses estamos hablando de los primeros pasos, que con ayuda de un soporte o las manos de papá y mamá, podrá desplazarse de un lugar a otro usando sus pies.
Lo primero que debemos comprender es que no todos los bebés son iguales. Si tu hijo tarda más de la cuenta en aprender a caminar por sí solo, no te desesperes y continúa incentivando cada pequeño paso que realice, recuerda que hay casos en los que un bebé puede llegar a los dieciocho meses sin haber dado un solo paso.
Lo más aconsejable para situaciones como éstas es no forzar ni presionar al bebé a que camine. Cuando menos lo pienses el niño se animará a investigar por los alrededores de una casa y adquirirá autonomía.
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