La Lavanda es una plata originaria de las cercanías del mar Mediterráneo y pertenece a la familia de las labiadas. Posee flores violáceas en forma de espigas y todo el conjunto de la planta, incluidas las hojas, tallos y flores poseen una fragancia muy delicada que es muy utilizadas por la industria del perfume.
Su uso como hierba medicinal data de mucho tiempo atrás, en épocas cristianas.
El cultivo se realiza por semillas o por gajos y debe sembrarse en terrenos arenosos donde halla mucho sol y poco riego. Sus flores deben cortarse a mediados del verano y pueden ponerse a secar o destilarse.
Entre sus propiedades se destacan las antisépticas, bactericidas, tranquilizantes y digestivas. También tiene conocidas virtudes para tratar el asma bronquial.
En sus formas de uso hay dos pociones habituales de emplear a esta planta. La primera es usando aceites esenciales de Lavanda y comúnmente se utiliza para afecciones cutáneas producto de picaduras de insectos y para realizar masajes relajantes y también este aceite colocado en la cara detiene las jaquecas o dolores intensos de cabeza. El segundo preparado que se hace con esta planta es la infusión digestiva y para el insomnio donde se vierten 15 gramos de flores secas y trituradas de Lavanda en una taza con agua hirviendo. Luego de proceder a colarlo se debe beber enseguida una taza luego del almuerzo y después de la cena antes de ir a dormir o descansar.
Actualmente se utilizan sahumerios y aceites esenciales con extractos de esta planta para armonizar ambientes de trabajo o domiciliarios, ya que a la Lavanda se le atribuyen propiedades tranquilizantes y serenizantes.
Via : http://www.blogdefarmacia.com/
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